Miro ahí hacia ese alguien que nadie recuerda, con la mirada de las tardes calurosas en que no podía salir a jugar.
Estoy como si no supiera que mi imagen iba a quedar guardada en blanco y negro junto al patio polvoso y la basura amontonada a mis pies.
Podría romper esa foto, guardarla para no verla más. Pero esa niña que mira a alguien que nadie recuerda, me hace sonreír un poco y extrañar los largos días en que toda la casa era para mí.
Nadie más se detiene a mirar la foto. A nadie importa. Prefieren mirar aquéllas donde éramos niños sonrientes, vestidos por mamá, en escenarios coloridos que podrían servir para hacer la publicidad de algo bueno y feliz.
Estoy en esa foto y no recuerdo, no sé, si existe otra de mí.
3 comentarios:
:)
Puede ser, en efecto, otra de ti.
¿Acaso otra tú, a quien te aferras con un vértigo dulcísimo?
Linda niña
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