23.9.10

Otoño

El aire es detenido en la piedra.
Cambia su dirección y encuentra otra piedra.
Cambia su dirección y entra a un túnel oscuro. No hay salida ni posibilidad de regreso. El aire da vueltas sobre sí mismo y se rompe. Supiros escapan entre las heridas de la piedra.
El cielo, triste, contempla esta transformación. Quiere llorar pero no sabe cómo y sólo atina a palidecerse.
Es ésta la estación del cambio.
El otoño es un páramo sin árboles. Es un páramo poblado por fantasmas.
Alguien podría caminar por sobre este escenario. Pero no lo hace. está escondido detrás de unos ojos verdes, detrás de unos ojos marrones.
La música llega de otra parte, como un visitante indeseado.
La música llega pero no se queda. Es demasiado pesada como para caer sin alterar el orden del otoño.
¿Cómo son las piedras? Viejas y mudas.
¿Cómo es el aire? Tembloroso y frágil.
¿Cómo son los pasos que no se detienen? Quedos y extraños.
La luz es sólo el reflejo de lo que no sucede.
Otoño tiene cuerpo de piedra herida, de aire roto, de cielo impávido, de pasos mutilados.
Porque no corre el tiempo sin que algo se doble, sin que un deseo quede inconcluso, sin que se haga de noche y el cansancio aparezca para dejar una capa de polvo sobre las cosas, como se cubre el espejo en el que ya no hay que mirarse.
Los fantasmas no encuentran su sitio. Se dejan vencer sobre las hojas verdes que han nacido a destiempo.
De tanto otoño, otoño también pasa, desaparece.

4 comentarios:

Unknown dijo...

El polvo que esconde las ausencias, que hace palpar el olvido...

Anónimo dijo...

It was many years ago we first selected Top Restaurants in the U.S. See it. http://restaurants-us.com/al/Huntsville/Cold%20Stone%20Creamery/35802/

Dorix dijo...

Guau, regresado has.

Anónimo dijo...

Que miedo escribir un poema de tal grosor!!! acaso rompe limites!!!