13.9.10

Aprendiendo...

Dominar el arte de la pérdida no es complicado;
cuántas cosas parecen estar hechas con el propósito
de que se pierdan que su pérdida no es un desastre.
Pierde cada día algo. Acepta la emoción
de perder las llaves de tu casa, esa hora que pasa tontamente.
Dominar el arte de la pérdida no es complicado.

Ahora ve más lejos, pierde con más rapidez:
lugares, nombres, y donde fuera que pretendieras
viajar. Nada de eso te traerá un desastre.

Yo perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! También la última
o penúltima de mis tres adoradas casas se esfumó.
Dominar el arte de la pérdida no es complicado.

Perdí dos ciudades, entrañables ambas. Y, lo que es peor,
un par de reinos que me pertenecían, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.

Incluso perderte (tu voz cariñosa, ese gesto
que amo) me moverá a engaño. Es evidente
que dominar el arte de la pérdida no es tan complicado;
aunque (¡Toma nota!) pueda parecer un desastre.


(Elizabeth Bishop, Un arte)

2 comentarios:

Francisco Arriaga dijo...

Estimada Luda:

El olvido es una bendición. Y yo estoy maldito.

Carlos dijo...

Lo peor es cuando se acostumbra uno a perder cosas, luego llega la indiferencia