Con un pie perdido

Leo a Odette, Aldán, Eve… se adelantan a mis palabras, como siempre. En esas ando.
Lo que tengo que agregar es que regreso a la rutina, pero todavía con la mente sin aterrizar, un pie aquí y otro no sé dónde.
Estoy tratando de armar un rompecabezas, algo con las muchas voces que escucho, con las señales que me dejan en el camino.

Tiré, por fin, a la basura papeles que me acompañaron por más de una década. No sin releerlos, no sin tomarles una foto.
Y releo a Rilke y me pregunto qué quiero y trato de que no se me fuguen más los días.