29.9.07

Abbapalabra 007

No, no es una crónica del festival. Nomás son un par de apuntes como para mi diario. Como esto es lo más parecido que tengo a un diario, pues aquí va.

Hay sólo un par de fotos porque me cámara se quedó sin pila el martes.

Lunes 17 de septiembre
Perdí el camión de las nueve. Llegué a SLP cinco minutos antes de las dos de la tarde. Jaime me esperaba en la Central. Fuimos a dejar mi maleta a la casa de sus papás y luego nos reunimos con Hilda en un restaurant de comida china. Después me llevaron a conocer su casa y las cosas que tienen listas para la llegada de Sarah.
A las 5 de la tarde Jaime me acompañó al centro y él se fue para su trabajo. A las 6 estaba programada una lectura en el Museo Othoniano, pero empezó media hora después. El anfitrión fue Norberto de la Torre. Leyeron Alfredo Pérez Alencart, Víctor Sosa y José Antonio Alvarado. Me encontré con Dora Moro. Me tomó una foto en el pocito.
A las 8 fue la lectura de poesía en homenaje a Joaquín Antonio Peñalosa en el Museo de Escultura Federico Silva. En el patio, de por sí pequeño, estábamos todos apretujados. Muchas autoridades, muchos discursos, un video que se repetía una u otra vez, edecanes con rebozos, fotógrafos, una edecán desmayada, muchas copas rotas.
Dora conoció a su primo, Javier Moro. Javier escribe para Palabrasmalditas. Tiene un artículo sobre el encuentro ahí.
Terminando fuimos a casa de Mario, donde Beatriz nos preparó unas deliciosas enchiladas potosinas. Se vació la cava de Mario. Casi.
Estuvimos Miriam Perales, Jairo Bernal, Alfonso Badillo, Carlos, Jonathan, Víctor Sosa, Javier Moro, Mario, Beatriz, Dora, un poeta que nunca supe cómo se llama y yo.
Cuando llegué a la casa me esperaba una horda de mosquitos asesinos. Dormí muy mal.

Martes 18
El Filher fue el hotel sede. Llegué tarde, claro. Vi a Dora y a Javier antes de que salieran para la Huasteca.
De ahí partimos a la Secundaria Graciano Sánchez Romo, Javier Moro, Miguel Aguilar Carrillo, Federico Cóndor y yo.
Regresamos a comer al hotel y después fui a dar una vuelta por el centro.
A las 5 me asomé al taller que estaba dando Alfredo Pérez Alencart en la Casa del Poeta Ramón López Velarde. Más que un taller de creación fue una plática sobre los temas que les interesaran a los asistentes. En esa sesión se habló principalmente del exilio, los transterrados, se mencionó a Pedro Garfias, a León Felipe, a Cernuda. Me hubiera gustado estar en todas las sesiones, pero no pude porque me tocaba salir de la capital.
A las 8 de la noche fue la presentación de mi libro, en la Casa de Barrio San Sebastián. Estuve con Mario Alonso y con Jeanne Karen.
Mario habló del libro de Jaire Bernal, Salmo Cero, pero como Jairo se había ido ya a la Huasteco junto con Víctor Sosa y Dora Moro ya no se hizo más presentación que la de mi libro. Jeanne Karen leyó algo que escribió sobre Casa en ruinas, después yo leí algunos poemas, y aprovechando que andaba entre el público Federico Cóndor pues se paró a leer también.
Saúl y dos amigas más alcanzamos a Jaime y a Rosalba. Fuimos a cenar tacos. No volví a la casa más que por mi maleta. Rosalba me dio asilo.

Miércoles 19
José Antonio Alvarado, Federico Cóndor y yo formamos el equipo 3 para andar por la región centro media de SLP.
Debíamos salir a las 6 de la mañana del hotel, pero llegué yo a las 6.30. No es que quiera ser impuntual, es que todo me pasa.
Miguel nos llevó en su camioneta hasta Rayón. Ahí leímos en la iglesia, a las 9. Nos contaban que en Rayón no tienen otro lugar que les sirva de auditorio.
Al terminar la lectura los muchachos se acercaban a pedirnos un autógrafo en una hojita. Una maestra nos regaló un ramo de flores para que Cóndor conociera las aves del paraíso. De parte de la escuela nos regalaron un libro sobre la historia de Rayón.
Nos invitaron a desayunar cecina con enchiladas huastecas. No alcancé a tomarme mi café porque Miguel nos trepó de nuevo a la camioneta para salir a Río Verde.
Llegamos al Cobach 20 despuecito de las doce. Hacía un calor espantoso. Medio adormilados los tres hicimos la lectura. Nos regalaron una botella de licor de naranja. Platicamos un poquito con las alumnas del taller de poesía que Jeanne Karen da en ese municipio desde hace tres años.
Fuimos a tomar algo y de nuevo a la camioneta para llegar a Santa Catarina. Leímos a las cinco de la tarde.
Regresamos a SLP alrededor de las ocho. Jaime e Hilda pasaron por mí, recogimos mi maleta y me llevaron a su casa.

Jueves 20
Había una lectura programada a las 9 pero el chofer no llegó. Mario nos llevó al Cobach 25 cerca de las 11. Ese colegio lo dirige Alfonso Badillo, quien este año presenta su primer libro de poemas. Nos regalaron la revista del colegio y la playera de los Búhos. Los muchachos traían el programa del festival y se acercaron para que se los firmáramos. Badillo nos llevó al Cobach 26, ahí leímos a las doce. El director nos invitó una nieve. Badillo regresó por nosotros para llevarnos a comer a un restaurante de comida huasteca que está por la caja de agua. Nos acompañó también el pintor Oswaldo Ramos. En servilletas nos hizo a todos una caricatura. Ahí comimos probó Cóndor el sacahuil.
A las 5 fuimos a leer al Cobach 28. Platicamos mucho con los estudiantes. Creo que Cóndor tiene ya un club de fans.
Fuimos al Sanborns de plaza Tangamanga. Oswaldo se despidió y nosotros le seguimos a un bar cerca del hotel. Cóndor se sorprendió de que en las cantinas no dejen entrar a las mujeres.

Viernes 21
Llegué de nuevo tarde al hotel. Tenía que estar ahí a las 7.30 pero no pasaba un maldito taxi. Todos los días me estuve peleando con los taxis en SLP. Hay poquitos, caros y ningún taxista conoce la ciudad. Lléveme al Filher, les decía, por dónde queda, cómo se llega, me preguntaban ellos. Por Catedral, era la única seña que podía darles. “¿Es la iglesia que está en el centro?” Son el colmo los taxistas de SLP.
Pero estaban muy tranquilos desayunando. La lectura se cambió de las 9 a las 11. Todavía estaban ahí Álvaro Mata y Javier Moro, que les tocó leer en el altiplano.
Después llegó Chuchuruchú. Le dieron el día libre.
Salimos los tres de nuevo con Miguel. Llegamos a Tierra Nueva y tuvimos tiempo de ir primero a la presa. Leímos en Palacio de Gobierno. La maestra del Cobach 23 nos invitó a comer. Cóndor probó los chiles rellenos. La idea era quedarnos ahí para ver un desfile, pero se hizo tarde y no empezaba. Nos fuimos a Santa María a ver rebozos. Muchísimo calor. Carísimos los rebozos. Feo casi todo. No encontramos dónde tomar algo. Salimos un poco antes para Santo Domingo.
El director del Emsad 07 nos invitó a tomar algo en una Hacienda cruzando la carretera. Estacionaron la camioneta junto a unos nogales y ahí nos estuvimos en la sombrita, viendo también cómo regaban el sembradío de alfalfa.
Leímos despuecito de las cinco de la tarde. Yo rompí un florero. Una muchacha nos pidió que leyéramos algo de Neruda. Ninguno pudimos hacerlo. Me cayó bien un muchacho, Lázaro, que se acercó cuando ya casi nos íbamos. Platicamos un poquito. Cóndor repartió fotocopias de un poema que le pedían siempre. Le regalaron unas florecitas y el firmó cada copia.
Fuimos a comer con la señora que atiende la cooperativa de la escuela.
Regresamos a SLP. Yo me dormí todo el camino.
Creímos que habría una lectura de cierre de festival, pero no. Sólo se hizo en Cd. Valles, así que nos regresamos al hotel. Cóndor y yo todavía cenamos unas enchiladas potosinas. Las más picosas. De rato llegó Jeanne Karen y nos invitó junto con Álvaro Mata a ir a un bar en el callejón San Francisco.
Esa noche tuve muchas pesadillas.

Viernes 21
Preparé mi maleta y Jaime e Hilda me llevaron al hotel. ¿No se te olvida nada? ¿ya revisaste bien? Hasta que llegué a Aguas me di cuenta de que dejé colgada mi blusanegrafavorita en el closet de Jaime.
De nuevo desayunamos los tres juntos. Ninguno había dormido bien. Fue la maldición de Chuchuruchú por habernos reído a sus costillas.
Llegó Jeanne Karen y nos llevó a caminar por el centro. Fuimos a comprar chocolates Costanzo. Entramos al Museo Silva. Había una exposición mala mala de Gortázar.
De regreso al hotel nos encontramos a Mario. Me dio unos grabados para que me los trajera a Aguas. Hay que venderlos. Hay uno de Salvador Castro de la Rosa, de Miguel A. Rivera, de Jesús Ramos y una carpeta con poemas de Michel Butor. Escríbanme.
Me comí una hamburguesa y me fui en taxi a la central.
Llegué a Aguas a las seis de la tarde. Ulises fue por mí. Daniel estaba dormido. Me fui a trabajar y regresé a mi casa a las doce.

Fin.



Alfredo Pérez Alencart, Norberto de la Torre, Víctor Sosa, José Antonio Alvarado







Mario Alonso











Dora y Javier Moro









Javier, Dora, Carlos, Miriam, Jairo, poeta que no recuerdo, Mario, Badillo, Jonathan, Víctor y Beatriz





Taller de Alfredo Pérez Alencart en la Casa del poeta Ramón López Velarde







Presentación de Casa en ruinas con Mario y Jeanne Karen

1 comentario:

YO SOY EL QUE YO SOY dijo...

Cucuruchú. je je je. qué buena crónica.