25.6.07

¿Por qué, entonces?

He tenido un sueño muy extraño. / ¿Cómo era? / Yo estaba en un embarcadero, y se veía el mar. Un mar claro, lleno de luz, con la línea del horizonte casi borrada. A lo lejos volaban las gaviotas. El embarcadero tenía varios postes y había una máquina de escribir. Una olivetti, creo, como la que tienes en casa. A su lado, unas hojas y una cajetilla de tabaco. Estas cosas estaban sobre el suelo, un suelo hecho de tablas. No me explico por qué. / Puede que fuera como contar ovejas. / ¿Contar ovejas? / Sí, como cuando te pones a contar ovejas para inducirte al sueño. En este caso, sería al revés, y estarías contando las tablas para seguir dormido. / ¿Y por qué no querría despertarme? / Tal vez porque tenías una preocupación, y hacerlo sería tener que enfrentarte a ella. / Es una posibilidad. / A lo mejor, esa preocupación tenía que ver con la máquina de escribir. / ¿Qué quieres decir? / No sé. Algo que te preocupaba en relación a esa máquina, y a los papeles que había dejado. / Ya. / Puede que alguien te los hubiera dejado. Que esas páginas fueran un cuento. Y tú tuvieras que decirle lo que te parecía. / ¿No estarás pensando...? / Sí, estoy pensando eso mismo. / Pero sabes que no tienes razón. / Lo pienso porque lo has dicho tú. / ¿Qué? / Que la máquina era como la que tengo yo en casa. Que es mi máquina de escribir. / Yo no he dicho eso, pero aunque así fuera nada te autoriza a pensar que los papeles sean tu cuento. Además, ya sabes que me ha gustado mucho. / No es verdad. Sólo lo dices porque quieres seguir acostándote conmigo. Es una vieja historia. El escritor famoso halaga a la pobre muchacha que acude a pedirle consejo con el único propósito de llevársela a la cama. / Pero bueno, ¡si estás llorando! Mi cielo, mi niña, no tienes razón, estás completamente equivocada. Te lo he dicho y vuelto a decir, tu cuento me parece extraordinario. / No, no te lo parece. / Claro que sí. / Entonces, ¿por qué hacías una cosa tan tonta? Por qué, si estabas en un lugar tan precioso, te ponías a contar las tablas del suelo?
(Gustavo Martín Garzo, El embarcadero)

2 comentarios:

Leticia Cortés dijo...

Preparándonos !

Leticia Cortés dijo...

Ya tengo la fecha mi estimada...
quién entonces aparte de mí? saluditosebrielísticos