Decía Borges que hay poemas que te tocan físicamente como la presencia del mar. O como la luz desvaída de un amanecer. O como escuchar aquello que ya no tiene sonido y proviene de los astros. El genial pianista de jazz Thelonius Monk se queda una noche, ante su auditorio, inmóvil frente el piano, con los ojos absortos en una lejanía más allá del teclado que sólo él puede escuchar, imaginando armonías que ya no puede tocar. La poesía de Ungaretti y el dolor de ser limitado recortándose en la vastedad. Gracias por recordar esos versos, Luda.
3 comentarios:
ohh
i am lonely but i ain't that lonely yet.
ah esa era yo, pero tengo un desmadre de cuentas en blogger y en fin.
Decía Borges que hay poemas que te tocan físicamente como la presencia del mar.
O como la luz desvaída de un amanecer. O como escuchar aquello que ya no tiene sonido y proviene de los astros.
El genial pianista de jazz Thelonius Monk se queda una noche, ante su auditorio, inmóvil frente el piano, con los ojos absortos en una lejanía más allá del teclado que sólo él puede escuchar, imaginando armonías que ya no puede tocar.
La poesía de Ungaretti y el dolor de ser limitado recortándose en la vastedad.
Gracias por recordar esos versos, Luda.
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