19.9.06

Sueño

Hace tiempo que sueño que están en mis brazos y caen. Los dos se me escapan.
Primero R., y despierto por la fuerza con que abrazo su cuerpo dormido a mi lado.
Después D., y despierto al borde del llanto, apretando la almohada.
Hay cosas que nunca deberían suceder.
Hace un par de días tuve un sueño en donde aparecían un reloj, faldas largas, una mujer rubia, escaleras y un inmenso ramo de rosas blancas. Desperté hasta después del amanecer, sonriendo.
Hay cosas que me gustaría recordar más allá de los imposibles.

3 comentarios:

Axel Capanegra dijo...

¿Cómo salvarse del fuego de la noche, de los entresueños, de las trampas que la memoria teje subrepticiamente día a día, del mito personal que hemos construido sobre la biografía, de los fantasmas que nos han construído y las pesadillas que se afirman raíces tenaces en el fondo de los días cuando este momento es indivisible?

P.D. No conocía esta veta tuya de prosista onírica y la encuentro de una delicada agresividad invocada como por cincel en porcelana.

Anónimo dijo...

clap , clap, clap

y de pie

Anónimo dijo...

Ni que disfrutar la escritura fuera como ir a un concierto de la orquesta sinfónica y donde a veces hay que aplaudir de pie.
La lectura es en silencio.
Siéntese a leer. No se ponga de pie, quien quiera que sea "amra".