28.1.11

QUEJAS

Tal vez has observado que los poetas líricos se quejan mucho. Para eso, entre otras cosas, sirve la poesía: para quejarnos del mundo, del destino, del amor, de todo. El arte de la queja consiste en dos operaciones simultáneas:
1. Detener lo que se da en el tiempo, dejarlo fijo, en el verso: suspiro eternizado, digamos.
2. Y sacar lo que está dentro de ti, lo interno y subjetivo, a la realidad exterior, al mundo de todos.
No cabe duda de que estas operaciones traen cierto alivio al alma acongojada y sensible del poeta. Entre otras cosas porque lo que aparece en la interioridad (en el tiempo) es incierto, desarticulado, de perfiles evasivos, y al cristalizar en el verso se hace rotundo, claro y perfilado..


(Hugo Hiriart, de Cómo leer y escribir poesía)

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