entiérrenme bajo el oro pequeño de los trigos,
en el campo,
para seguir cantando a la intemperie.
No amortajes mi cuerpo,
no me escondas en tumbas de granito.
Mi alma ha sido un golpe de tempestad,
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de Dios,
y no quiso rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con ademán piadoso
sus copos a mis pies.
Yo quiero que la boca del agua
me exorcise el espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra,
si me voy este otoño.
(Enriqueta Ochoa, Despedida)
2 comentarios:
no juegues, asustas con títulos así me cae
es un hermoso poema. recuerdo mucho a enriqueta ochoa que, además de gustarme su poesía, me trae remembranzas de mi niñez. alguna vez viví junto a un jardín que lleva su nombre. saludos, amiga!
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