1.11.07

En Chiapas

Llegué a Chiapas el 18 de octubre. Me recibieron Óscar Herrán y Gelda.
El aeropuerto de Tuxtla está casi nuevo y lejos de la ciudad.
Me quedé en el hotel María Eugenia y fuimos a comer a Las Pichanchas.
Ahí empezó todo, mi visita a Chiapas fue comer, comer y comer. Regresé con tres kilos de más. Pura cochotronés, como dicen.
Por la noche fuimos a Las Pichanchas Mirador Copoya. Se ve toda la ciudad desde ahí.
El viernes me invitaron a Canal 10. Me hicieron una entrevista en un programa que se llama Viva con sabor. Antes de mí, hablaron sobre el día contra el cáncer de mama y entrevistaron a unos luchadores de Monterrey.
Desayuné en el hotel y me puse a leer los diarios. Como dice Enrique Carlos: todo está maaaal.
Después pasaron por mí y fui a las oficinas del Coneculta. Conocí al director, Alfredo Palacios. Me trataron muy bien.
Para comer, me invitaron a Chiapa de Corzo. Fui con Óscar y Gelda a tomar posol y luego me quedé con Gelda y su marido en El Campanario.
Se frustró nuestro viaje al Cañón del Sumidero, en buena parte por el clima. Compré unas muñequitas para Sofi, Miranda y Anita Nadine. Conocí la Fuente de la Reina, es una fuente mudéjar y tiene unos letreros en las columnas donde se cuenta un poco de la historia del lugar. A un lado está la pochota o pochotona, un árbol enorme donde colgaban a la gente. Me contaron de la fiesta del 8 de enero, de los chuntaés y parachicos, de la leyenda de María de Angulo.
La presentación en Tuxtla fue a las 7 de la tarde. Cuando llegué el lugar ya estaba lleno. Hicieron la presentación Yolanda Gómez Fuentes y Eduardo Hidalgo.
Me gustó mucho el texto que preparó Eduardo. No pudimos platicar, pero me regaló sus libros Eco negro y Viene de antes. Creo que hay algunas coincidencias entre sus temas y los míos. No debo perderle la pista.
Esa noche fui a cenar con Óscar, su esposa y su hija, Cielo.
El sábado yo quería ir a conocer el Zoomat, pero no hubo tiempo. Alcancé sólo a ir a caminar al centro, donde está la iglesia de San Marcos. En el atrio había un pequeño tianquis donde vendían cosas de la obra Kolping.
Salimos para San Cristóbal a medio día.
El camino es hermoso. Muchos árboles. Vi unos de donde se quita la juncia, que usan para regarlo en el piso en las fiestas y que huela rico. Muchas flores amarillas, piedras negras y blancas manchadas de ocre.
Pasamos por el puente San Cristóbal, que le llaman el puente encantado porque no se dejaba terminar de construir. Ahí se aparece El Cadejo y un viejito. Cerca ya de San Cristóbal la tierra se pone más roja. Nos tocó mucha niebla y un tramo con lluvia.
Comimos en un lugar que se llama El fogón de Jovel. Conocí el tascalate. Tomé posh y café de calcetín. Cuando comenzamos a hablar de historias de miedo y leyendas nos dimos cuenta que ya era muy tarde y nos tuvimos que ir. Oí a medias sobre el sipe y la cocha enfrenada.
Fuimos a la iglesia de Santo Domingo. No se podía apreciar muy bien porque había un gran tianguis. Busqué un jaguar y me ganaron el que encontré. Pero me traje unos gatitos pintados por Guisela Figueroa.
La presentación fue en el Centro Cultural El Carmen. Presentaron Socorro Trejo Sirvent y Arbey Rivera.
Al terminar nos invitaron a un lugar donde hay música en vivo y exposiciones. Fue también el esposo de Socorro y Patricia.
Arbey me contó del esfuezo para la realización del primer Encuentro de Escritores en San Cristóbal de las Casas. Ojalá pueda repetirse.
Nos quedamos en el hotel Parador Mexicanos. Hacía muchísimo frío.
El domingo desayunamos en un restaurante que se llama Don Fer.
Socorro me dejó su libro y me contó también de una revista que están haciendo en Tabasco: Parva. También de la revista que hizo su hijo hace tiempo y se llamaba Arteria. Pero a todos nos tenía fascinados con la historia de su papá: Carlos Trejo Zambrano. Hay que pensar en hacerle un homenaje.
Nos regresamos Socorro, su esposo Fernando y yo para Tuxtla. Nos llevó Gabriel y él me llevó luego al aeropuerto. De camino me contó de todo lo que me perdí: de la sima de la guacamayas, de San Juan Chamula, del zoológico, por supuesto, de la gente y las fiestas, de las tradiciones y la vida cotidiana.
Debo regresar.

1 comentario:

Beautiful Freak dijo...

¡las pichanchas!, como mi gataaaaa...jejejejeje, se llamaba Pichancha.Saludos