Silencio

...Se siente el silencio como una vibración sorda, como al acercarse a una caracola donde nos aseguran que se deja oír el mar. En ese silencio de los cuartos apagados, del pasillo oscuro, de la casa de abajo sin gente, del balcón cerrado, parece que el ruido de la lluvia no es tanto eso como el sonido del silencio, de las luces apagadas, de los lugares vacíos. Si apagaran la luz y se quedaran así, nada más oyendo la lluvia, se harían partícipes de la atmósfera aahuecada por el silencio, la oscuridad y la lluvia, como si el mundo se conviertiera en un gran envase cerrado herméticamente al alto vacío, acechado por pájaros incansables, dedicados a picotear las paredes sonoras, pero impenetrables, de cristal...

(Julieta Campos, de Muerte por agua)