21.7.07

Volver

Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.

Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro
-el anticipo de las maldiciones-.
Si una taberna fue, habrá cambiado
de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.

No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinando.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
que seduce a su víctima
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.
Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba
de su dueño... su dueño... su dueño...


4 comentarios:

Blas Torillo Photography dijo...

Regodearse en el lamento o en la nostalgia, sólo produce más dolor.

Escarbarse la herida, arrancarse la costra, llorar por lo que fue, es volver a llorar lo irremediable.

El pasado está ahí, cuando vivimos la vida recordando. Que nos valga parte de la tristeza hacerlo de buen modo y mejor cara.

Hagamos de nuestro pasado, plataforma y no destino, que eso es imposible. No añoremos la felicidad que fue. Construyamos una nueva cada día.

Besos Luda.

Dorix dijo...

Lindo.

Axel Capanegra dijo...

Para Blas:
Mire, amigazo, la poesía nunca ha tenido que ser "correcta" desde el punto de vista psicológico.Si así fuera, entonces Freud, Lacan o Frankl (o en el peor de los casos, todos los autores de motivación personal) serían grandes poetas, lo cual no es el caso. No hay que confundir la verdad psicológica con lo esencial poético.

Para Luda:
Dice Sartre que el pasado no lo podemos cambiar, pero sí podemos elegir lo que signifique. No lo sé, pero este poema se interna en los acantilados que surjen a penas miramos hacia atrás.
A veces, cuando viajo hacia una ciudad desconocida, me gusta visitar edficios muertos, fábricas cerradas, emporios frustrados, puentes a medi construir, pinturas sin terminar, parques abandonados, estaciones desiertas, paredes derruidas: vestigios de lo que pudo ser y se truncó y no habrá futuro que le rescate.

Ismael Lares dijo...

hola!
ahora dònde andas, amiga?